Las plantillas podológicas se colocan en el interior del calzado para tratar y corregir algunos problemas del pie y la pisada.
¿Cuándo debes considerar utilizar plantillas?
Estas son las situaciones en las que el uso de plantillas podológicas puede ser un buen tratamiento:
- Cuando sufres dolor de pies crónico o intermitente, aunque no sea muy intenso, no esperes a que empeore. Las plantillas podológicas consiguen reducir la tensión y la presión en determinadas zonas del pie.
- Si has comenzado a realizar deporte de alto impacto como correr, jugar al fútbol o practicar crossfit unas plantillas adecuadas a tu pie te ayudarán a absorber los impactos de forma eficaz y a evitar deformidades.
- Si has aumentado de peso, como ocurre durante el embarazo, ya que además de reducir tensión ayudan a repartir el peso del cuerpo de forma equilibrada.
- Si pasas mucho tiempo de pie. Uno de los beneficios de las plantillas es que alivian el cansancio y previenen afecciones más graves como la fascitis plantar.
- Ante ciertas patologías como el pie plano o el pie valgo debido a que las plantillas actúan como prevención en el desarrollo de esta deformidad. Proporcionan al arco del pie el apoyo que necesita.
- Cuando padeces diabetes debes tener un cuidado especial de tus pies , las plantillas pueden ser un tratamiento indicado en ocasiones.
Aunque las plantillas son un tratamiento conservador y poco agresivo para tratar ciertos problemas, no siempre es recomendable su uso. Para saber si es recomendable que las uses o no debes realizarte un estudio biomecánico de la pisada.
Además, no todos los pies son iguales, al igual que no todas las plantillas son iguales. Cada plantilla debe ser personalizada para el problema concreto de cada paciente y adaptarse a sus necesidades individuales.