Los pies son los responsables de aguantar todo el peso de nuestro cuerpo y a pesar de ello, son los grandes olvidados en cuantos cuidados se refiere. Por ello, cuidar correctamente la higiene de nuestros pies, será fundamental para prevenir lesiones o dolencias que harán mejorar nuestra calidad de vida.
Consejos para mantener una adecuada higiene diaria de los pies:
Lavado de los pies: Es recomendablelavar los pies diariamente con agua fría o templada, utilizando un gel o jabón que tenga un pH ácido (menor de 5) para que respete el pH de nuestra propia piel. No se recomienda prolongar el tiempo de lavado más de 10 minutos para evitar que se ablande la piel y aparezcan grietas o infecciones. No existe ningún estudio que demuestre que utilizar en el lavado productos como la sal, el vinagre o el bicarbonato ayude al cuidado de los pies.
Secado de los pies: Seca cuidadosamente los pies haciendo especialmente hincapié entre los dedos. Hazlo de manera que el secado sea siempre por contacto y no por fricción para evitar lesionar la piel. Este paso es muy importante ya que la humedad en los pies favorece la infección causada por hongos, bacterias, papilomas, etc.
Hidratación de los pies: Para realizar una buena hidratación en los pies hay que utilizar cremas específicas recomendadas por un podólogo. Una piel bien hidratada evitará la aparición de grietas o descamaciones, reduciendo las infecciones por microorganismos. Este momento es ideal para masajear la zona, relajando la musculatura y activando la circulación sanguínea.
Corte de uñas: Realiza el corte de forma resta y ayúdate de una lima para evitar las uñas encarnadas.
Evita el autotratamiento: Si sufres alguna patología acude al podólogo para tratarla de inmediato. Utilizar material inadecuado como callicidas, hojas de afeitar, cuchillas u otros objetos, pueden ocasionar heridas y complicaciones serias, sobre todo si se trata de una persona con diabetes o que sufra patologías vasculares.
Ropa: Evita ropa muy ajustada en piernas y pies como medias o calcetines para tener una buena circulación de la sangre.
Apuesta por calcetines de materiales naturales como el algodón. Las fibras sintéticas no permiten una correcta transpiración del pie, favoreciendo así a la sudoración. Si tus pies sudan mucho, cambia los calcetines más de una vez al día.
Elige un calzado adecuado: debe ser flexible y adecuado a la época del año, con un contrafuerte semirrígido en el talón y sujeto al tobillo, además de estar fabricado con un material transpirable y olvídate de las suelas planas y puntas estrechas.
Caminar descalzo: en zonas comunes es un error que provoca contagios de una forma muy fácil. El contagio de hongos, papilomas y cualquier infección es muy rápido, con el simple contacto. Cuando se está en instalaciones deportivas como gimnasios, vestuarios o piscinas es muy importante usar las chanclas. Es un gesto sencillo que puede evitar muchos problemas. Así que no olvides proteger tus pies en espacios públicos.
Evita esmaltar la uña de manera permanente: estos esmaltes pueden dar numerosos problemas y llegar, incluso a provocar la pérdida de la uña.
Acudir al podólogo periódicamente: Se recomienda acudir al podólogo al menos una vez al año para realizar una revisión completa para evitar futuras patologías. El podólogo es el único profesional cualificado dedicado al diagnóstico, tratamiento y prevención de las patologías relacionadas con los pies.