El pie zambo, o pie equinovaro, es una condición congénita que afecta la posición y forma del pie, provocando que se incline hacia adentro y hacia abajo. Aunque en algunos casos graves puede requerir cirugía, existen diversos tratamientos no quirúrgicos que han mostrado ser efectivos. En este artículo del Colegio de Podólogos de Castilla-La Mancha te contamos estos tratamientos. ¡Vamos allá!
Método de Ponseti
El Método de Ponseti es el tratamiento no quirúrgico más utilizado a nivel mundial para corregir el pie zambo. Este método consiste en manipular suavemente el pie del bebé y colocar yesos en serie para guiarlo hacia una posición más natural. Cada semana se retira el yeso, se realiza una nueva manipulación y se coloca otro, corrigiendo poco a poco la postura del pie. Tras unas ocho semanas, el pie alcanza una posición correcta y se suele realizar una tenotomía, un procedimiento mínimamente invasivo, para alargar el tendón de Aquiles y asegurar un rango de movimiento óptimo.
Fisioterapia y ejercicios de estiramiento
La fisioterapia es fundamental en el tratamiento del pie zambo, ya sea como complemento al Método de Ponseti o de forma independiente en casos menos severos. Los fisioterapeutas pediátricos realizan técnicas de estiramiento para corregir la rigidez de los tendones y ligamentos. Además, enseñan a los padres ejercicios específicos que pueden practicar con sus hijos en casa, como flexiones suaves y estiramientos del pie.
Uso de férulas y zapatos ortopédicos
Una vez que el pie ha sido corregido mediante el Método de Ponseti o a través de fisioterapia, el uso de férulas y zapatos ortopédicos es esencial para mantener la alineación conseguida. Las férulas de abducción suelen colocarse mientras el niño duerme para evitar que el pie vuelva a torcerse. Durante el día, los zapatos ortopédicos ayudan a distribuir el peso del cuerpo y proporcionan un apoyo adecuado para los primeros pasos del niño.
En resumen, el pie zambo puede tratarse con éxito sin necesidad de cirugía si se detecta a tiempo y se sigue un plan de tratamiento adecuado. En el caso de que tengas alguna duda, recuerda contactar con tu podólogo de confianza para que pueda revisarlo.